Una nueva aproximación nanotecnológica podría servir para detectar calcificaciones inestables en los vasos sanguíneos
Investigadores de la Universidad del Sur de California han desarrollado una
nanotecnología capaz de detectar cuando una placa de ateroma se convierte en lo suficientemente peligrosa como para ocasionar problemas cardiovasculares graves, como infartos y accidentes cerebrovasculares.
Publicado en la revista Journal of Materials Chemistry B, el hallazgo ha consistido en desarrollar unas nanopartículas que actúan a modo de micela y se adhieren a las microcalcificaciones que se producen en las
arterias esclerotizadas.
Dichas nanopartículas están provistas de un componente fluorescente, lo que permite identificar los vasos afectados por placas de ateroma con posibilidad de evolucionar más desfavorablemente. Según Deborah Chin, la
principal autora del estudio, estas nanopartículas micelares se adhieren específicamente a la hidroxiapatita, que es la forma en la que se encuentra el calcio en las placas de ateroma.
Las nanopartículas detectan las placas ateroscleróticas con posibilidad de evolucionar más desfavorablemente
La innovación se ha probado con éxito in vitro, mediante cultivos de células calcificadas; en un modelo murino para la aterosclerosis, y también en muestras de arterias de pacientes afectados por la enfermedad.
Los niveles de toxicidad de las nanopartículas para el resto de
células y tejidos han sido mínimos.
Para los responsables del hallazgo, los próximos pasos consistirían en utilizar estas nanopartículas para transportar directamente fármacos para combatir las microcalcificaciones en los
vasos afectados. Dicha estrategia debería permitir
trabajar con dosis farmacológicas menores y con una mayor eficacia.