En los últimos años la prevalencia de la enfermedad arterial periférica (EAP) ha incrementado, posiblemente debido al envejecimiento de la población y al aumento de la incidencia de los factores de riesgo (FR). En este sentido, algunos de ellos son modificables, como el tabaquismo, la hiperlipidemia, la hipertensión y la diabetes.
Las principales guías de práctica clínica sobre el manejo de la EAP discrepan sobre el cribado de la enfermedad y no ofrecen recomendaciones concretas sobre el manejo de algunos de estos FR. El equipo multidisciplinar del grupo de trabajo CREVASP ha elaborado un documento de consenso para tratar de optimizar la identificación y el manejo de los pacientes con EAP en el ámbito español.
El documento se ha publicado en la Revista Clínica Española y se ha realizado mediante dos rondas de consulta Delphi entre expertos de las siete sociedades científicas avaladoras: SEA, SEC, SED, SEEN, SEMERGEN, semFYC y SEMI. El consenso se definió cuando al menos el 75% de los especialistas coincidió en el acuerdo o en el desacuerdo de la recomendación.
Los pacientes con EAP son de muy alto riesgo, por lo que se considera relevante alcanzar los objetivos de cLDL
El documento recoge que el 80% de los participantes indicó que no existen protocolos específicos para el seguimiento multidisciplinario de los FR de la EAP en su centro de salud. En total, se alcanzó consenso alrededor de 22 estrategias que pueden optimizar el manejo desde un punto de vista multidisciplinar de los FR en los pacientes con EAP.
Sobre el colesterol, por ejemplo, se considera relevante alcanzar los objetivos de cLDL (<70 mg/dl o <55 mg/dl según la guía ESC/EAS 2019) en pacientes sintomáticos, pero también en los asintomáticos. Y es que, según la citada guía, los pacientes con EAP son de muy alto riesgo, por lo que la mayoría de expertos consideraron necesario recurrir a todas las alternativas terapéuticas disponibles para la consecución de dicho objetivo.
En cuanto a la identificación y el cribado de estos pacientes, se recomienda garantizar la posibilidad de realizar el índice tobillo-brazo (ITB) en todas las especialidades implicadas. La reevaluación sería necesaria cada año en pacientes de alto riesgo, y cada tres años entre los de riesgo bajo. Otros aspectos importantes a promover son la deshabituación tabáquica, la adopción de una alimentación adecuada y la realización de ejercicio diario.
Referencia
Barrios V, Beato P, Brotons C, et al. Comprehensive management of risk factors in peripheral vascular disease. Expert consensus [published online ahead of print, 2021 Jun 30].
Rev Clin Esp (Barc). 2021;S2254-8874(21)00110-7.
doi:10.1016/j.rceng.2020.11.01 SC-ES-AMG145-00747
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